El 27 de junio de 1973, el país se sumía en la oscuridad de las dictaduras que azotaron América Latina.

Los militares instruidos en la doctrina de la seguridad nacional llevada adelante por los Estados Unidos y un grupo de civiles vinculados a los partidos tradicionales,  ponían la Constitución de la República en un cajón  a dormir una triste  y larga siesta.

Disuelto el parlamento el 27 de junio,  se comenzó a proscribir a los partidos políticos y al movimiento sindical. La unidad obrera alcanzada años atrás, permitió resistir el golpe con 15 heróicos días de huelga general que paralizaron  al Uruguay y fraguó la unidad a través de la lucha por la democracia y la libertad.

Los militantes sindicales y políticos de izquierda comenzaron un periplo de exilio, prisión, tortura, muerte y desaparición.

Desde la clandestinidad se enfrentó diariamente  a los golpistas, con diversas estrategias se demostró el compromiso  de los uruguayos a través de  la lucha por recuperar la perdida democracia.

Hasta este momento se sigue reclamando en el país por MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA. Cuarenta y seis años después de este trágico episodio que llenó de tristeza al país, se sigue buscando  desaparecidos y hasta hoy aquellos golpistas que violaron la democracia y se impusieron a través del terrorismo de estado, se mueven con un pacto de silencio que impide llegar a encontrar a aquellos que aún no sabemos dónde están. Pero el  compromiso por encontrarlos  nos lleva a  seguir por el camino de la búsqueda de justicia; por eso las placas de la memoria, por eso los 20 de mayo que año a año crecen y que son un gran grito de silencio y dolor que solamente terminará al cerrar las heridas encontrando a los que ya no están.  Para que  NUNCA MÁS HAYA TERRORISMO DE ESTADO, todo nuestro compromiso con la democracia.

El Zurdo

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